MI
SOLEÁ ENCADENADA
Yo
vine a este mundo solo
y
me encontré con mi madre,
con
quién me voy a encontrar
el
día que yo me muera,
ahora
que no tengo a nadie.
El
día que yo me muera
que
me canten a compás
de
una guitarra flamenca.
Que
me canten a compás
y
abandonen mis cenizas
allí
donde muere el mar,
y abandonen mis cenizas
a
la voluntad del viento
que
vuela y no se enraíza,
a
la voluntad del viento
que
recorre el ancho mar
y
anida en el firmamento.
Nadie
me venga a llorar
el
día que yo me muera,
me
espera el viento y la mar.
Que me perdone la tierra.
Que me perdone la tierra.
Paco
Arana 26-05-15