miércoles, 24 de enero de 2018

LA PASIÓN Y LA PASCUA, SEGÚN DUENDE

                           LA PASIÓN Y LA PASCUA SEGÚN DUENDE   
                                        GRUPO FLAMENCO DUENDE


                                         
                                                     
Es un derroche de emociones donde se celebra, por fiestas, las bodas de Caná, para entrar en la vida pública de Jesús; es una invitación al regocijo con sabor agridulce, para encontrarnos con el mensaje triste que camina hacia el calvario y el grito preciso de La Saeta que desemboca en un silencio misterioso al paso del Nazareno.

Comienza con el drama de Jesús azotado y coronado de espinas más la soledad y el  abandono de sus discípulos cercanos, aunque afortunadamente se encuentre con la compañía de las gentes más sencillas del pueblo, así como de sus parientes, amigos y familiares que le siguen; están: su primo hermano Juan, María Magdalena y La Verónica entre otros. También Barrabás curiosea por el camino y alguno de los beneficiados de su imposición de manos y sus milagrosas curaciones.  
    
Un compás de martinete y dos voces oscuras, una que recita el verso y otra que canta, piden a las plañideras que dejen su llanto y su pena sin remedio.                                                                                                
Brota la siguirilla gitana con el clamor del perseguido que se esconde en el templo a rezar, y pide clemencia para que no le arrastren fuera, pero lo sacan para que sufra por la calle de La Amargura, donde se encuentra a su madre que cruzará con Él, tan solo, lágrimas mudas. 
                                                              
Un repique de tambores envuelve la noche con sus luces y sus sombras, los nazarenos con sus capirotes y sus cirios encendidos, las mujeres enlutadas y descalzas, La Verónica y su paño con la faz de Cristo grabada a sangre, sudor y polvo, mientras los aguerridos gastadores legionarios custodian  a los pasos.

Es la procesión del silencio, que se rompe por el mensaje que rapsodia el oficiante y el  ronco gemir del saetero. La guitarra también llora fundida con los tambores y se exalta a la saeta con el hermoso poema hecho canción del mayor de los Machado:
                                             ¡Oh! La saeta el cantar...                                                                               
Por las calles de Judea acude también en su búsqueda María Magdalena, escenificada en un baile por Peteneras que se llena de misterio y premonición con sus letras su música y su compás agazapado.

El mensaje ensalza y dignifica su figura, que en tiempos la hicieron llorar por  pecadora, y ahora la quieren hacer santa con toda justicia.

  Que venga La Magdalena                           Jesús de las tres caídas
  para pedirle un milagro                               La Verónica a tu lado,
  que se quiere confesar,                                 te está limpiando el sudor,
  de aquel amor sin pecado.                           con su velo echo un sudario.                                                                                             
Resultado de imagen de semana santa

El cante de las minas, entra en la tragedia final del grito moribundo de Jesús con su cruz y su agonía. Seis minutos de intensa emoción con la trágica música del taranto fundida con el violín, las guitarras y la voz del cantaor.
                                                                
El poema dedicado a La Saeta de Manuel Machado nos envuelve de nuevo en la tragedia. Lo inicia un recitado y finaliza con su cante y su melodía.

Hasta aquí La Pasión.
                                              
A partir de este parón, se ilumina con fuerza el escenario y comienza La Pascua, con un mensaje que grita por la igualdad, la paz y la libertad del ser humano donde brota un baile por Alegrías que reclama la luz de un nuevo día para los que sufren. 
                      
Dentro de toda esa algarabía, se vuelve a pedir a las santas mujeres que no lloren, que Dios está en los cielos rodeao de lo mejor y lejos de la mala gente, por lo que ellos dudan que vuelva de nuevo a la tierra.  Jesús insiste con su voz y les invita de nuevo a su Casa con unos jacarandosos tanguillos de Cái.

!Qué Alegría!