viernes, 9 de noviembre de 2018
sábado, 11 de agosto de 2018
ALMA DE BORDÓN
ALMA DE BORDÓN Paco Arana
¿Cuántas notas puede albergar el
seno de una guitarra morisca? ¿Cuántos lamentos, cuantas risas y cuántos
suspiros esperan la mano tañedora que libere todas esas sensaciones escondidas
en su esencia flamenca? ¿Qué trémolo apasionado para expresar una caricia? ¿Qué
torrente de notas pican y repican por bulerías para jalear una boda gitana?
¿Qué sutil arpegio para pintar un paisaje de la Alhambra o el atardecer de una
playa de Cádiz? y ¿Qué filigrana de compás y síncopas para crear este soniquete
que canta con voz de muecín y baila al son de viejas panderetas, sonajas y
laúdes?
Aquella “sonanta” primitiva,
anduvo siempre su camino viviendo y conviviendo en barberías, tabernas y fiestas
campechanas de aldeas y arrabales, con el consiguiente menosprecio de cortesanos
y eruditos, y fue el músico y poeta
Vicente Espinel quien le añadió una sexta cuerda, para que Francisco
Tárrega y otros músico nacionalistas adornasen, gracias al bordón incorporado,
sus composiciones más sentidas con el sello y el carácter del Pueblo.
El bordón lleva entre nosotros
varios siglos de intensa creación y recreación. Podríamos decir que él es el
alma, la poesía y la emoción de la guitarra.
A través de ese bordón hondo y
potente, caminan por el mástil camino hacia la boca, las notas más profundas,
nacidas de esa vasija hecha de madera de ciprés y pino viejo, que hace sonar el
tañedor por gentileza de su pulgar y el rancio sabor del pueblo llano, con lo cual,
sigue sonando íntimamente a fandango, soleá o petenera.
¡Guitarra! Tú que has sido y serás
siempre de tabernas y mesones del camino, hoy con tu ALMA DE BORDÓN y el
rasguear del caminante, también te debes de sentir poeta.
sábado, 12 de mayo de 2018
LA CASA DE LA GUITARRA
LA CASA
DE LA GUITARRA
Tuvo que ser en
Sevilla,
la calle Mesón del Moro
donde se encuentra un
tesoro,
suma de mil maravillas,
que da resplandor y
brilla
a la guitarra y su
historia.
Un museo a la memoria
de luthiers y tocaores,
los instrumentos
mejores
que han alcanzado la
gloria.
Y fue José Luis Postigo
quien las colgó en su
vitrina,
quien las contempla y
afina
quien las procura el
abrigo
que da siempre el buen
amigo.
Y hay noches que en
duermevela
les abre la portezuela
y abrazado a un
instrumento
simpatiza un gran concierto
de compás, duende y
candela.
Amazón libros: Paco Arana
jueves, 29 de marzo de 2018
RINCÓN DE LA BARBERÍA
RINCÓN DE LA BARBERÍA
Rincón de mi barbería,
donde se
cita la esencia
del
cante y de la guitarra,
aquí, la
“jondura”... es ciencia,
aquí la
voz se desgarra,
aquí ni
falta ni sobra
aquí no
sobra ni falta,
que “pa” formar esta fiesta,
El
Petete hace las palmas
con la
copla Heredia y Reyes,
y Paco con la guitarra.
Rincón
de mi barbería,
si tus
paredes hablaran
y nos
contaran las noches
que nos dio cantando
el alba.
Cuántos
buenos guitarristas
se han
“formao” en esta casa,
y más
que vendrán tocando
mientras yo sienta en mi alma,
la
puñalada tan jonda
que me
asestó una guitarra
dejando
abierta esta herida
imposible de cerrarla.
Rincón de la barbería
Amazón Libros Paco Arana
miércoles, 24 de enero de 2018
LA PASIÓN Y LA PASCUA, SEGÚN DUENDE
LA PASIÓN
Y LA PASCUA SEGÚN DUENDE
Es un derroche de
emociones donde se celebra, por fiestas, las bodas de Caná, para entrar en la vida
pública de Jesús; es una invitación al regocijo con sabor agridulce, para
encontrarnos con el mensaje triste que camina hacia el calvario y el grito preciso de La
Saeta que desemboca en un silencio misterioso al paso del Nazareno.
Comienza con el drama de Jesús azotado y coronado de espinas más la soledad y el abandono de sus discípulos cercanos, aunque afortunadamente se encuentre con la compañía de las gentes más sencillas del pueblo, así como de sus
parientes, amigos y familiares que le siguen; están: su primo hermano Juan, María Magdalena y
La Verónica entre otros. También Barrabás curiosea por el camino y alguno de
los beneficiados de su imposición de manos y sus milagrosas curaciones.
Un compás de martinete y dos voces oscuras, una que recita el verso
y otra que canta, piden a las plañideras que dejen su llanto y su pena sin
remedio.
Brota la siguirilla gitana con el clamor del perseguido que se
esconde en el templo a rezar, y pide clemencia para que no le arrastren fuera,
pero lo sacan para que sufra por la calle de La Amargura, donde se encuentra a su
madre que cruzará con Él, tan solo, lágrimas mudas.
Un repique de tambores envuelve la noche con sus luces y sus
sombras, los nazarenos con sus capirotes y sus cirios encendidos, las mujeres
enlutadas y descalzas, La Verónica y su paño con la faz de Cristo grabada a sangre, sudor y polvo, mientras los aguerridos gastadores legionarios custodian a los pasos.
Es la procesión del silencio, que se rompe por el mensaje que
rapsodia el oficiante y el ronco gemir del saetero. La guitarra también llora fundida con los tambores y se
exalta a la saeta con el hermoso poema hecho canción del mayor de los Machado:
¡Oh! La saeta el cantar...
Por las calles de Judea acude también en su búsqueda María
Magdalena, escenificada en un baile por Peteneras que se llena de misterio y
premonición con sus letras su música y su compás agazapado.
El mensaje ensalza y dignifica su figura, que en tiempos la
hicieron llorar por pecadora, y ahora la quieren hacer santa con
toda justicia.
Que venga La Magdalena Jesús de las tres
caídas
para pedirle un milagro La Verónica a
tu lado,
que se quiere confesar, te está limpiando
el sudor,
de aquel amor sin pecado. con su velo echo un
sudario.
El poema dedicado a La Saeta de Manuel Machado nos envuelve de
nuevo en la tragedia. Lo inicia un recitado y finaliza con su cante y su melodía.
Hasta aquí La Pasión.
A partir de este parón, se ilumina con fuerza el escenario y
comienza La Pascua, con un mensaje que grita por la igualdad, la paz y la libertad del ser humano donde brota un baile por Alegrías que reclama la luz de un nuevo día para los que sufren.
Dentro de toda esa algarabía, se vuelve a pedir a las santas
mujeres que no lloren, que Dios está en los cielos rodeao de lo mejor y lejos
de la mala gente, por lo que ellos dudan que vuelva de nuevo a la tierra. Jesús insiste con su voz y les invita de
nuevo a su Casa con unos jacarandosos tanguillos de Cái.
!Qué Alegría!
!Qué Alegría!
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