PASTORA LLAVE DEL CANTE
LA NIÑA LOS
PEINES
¡Pastora!
¡Cómo
me suena ese nombre
a
flamenca y a señora!
Decir
Pastora es decir:
la
flor de las cantaoras.
Ni
la Andonda ni la Trini,
ni
la Rubia ni la Lola,
ni
Antonia la de San Roque
ni
tía Anilla la de Ronda…
no
hubo cante por derecho
ni
mujer encantadora,
ni
gitana tan juncal,
ni
aurora como su aurora.
Ni
corazón generoso
que
se fue quemando a solas
en
la alegría del cante
y
en la pena de la copla.
Sus
tangos peines de azúcar,
granaínas…
Pena mora,
lorqueñas
de Federico,
alboreás
pa las bodas,
bulerías
pa las fiestas
y
siguiriyas que lloran.
Bamberas
lucen enaguas,
cantiñas
bañan las olas,
saeta
de los balcones
Semana
Santa te añora.
Soleares,
peteneras,
cantes
de duende y alcoba;
cada
cual en su momento,
en
su sitio y a su hora;
no
hubo ni habrá en la vida
quien
iguale a esta señora,
en
los cantes de la tierra
ni
en los cantes de la gloria.
Y
así que pasen cien años
la
afición la rememora,
que
no ha nacido en el mundo,
juncal,
gitana y señora
que
diga tan bien el cante
como
lo dijo Pastora.
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